Garbiñe Muguruza, la nueva cara del tenis femenino español e icono deportivo nacional, ha concedido una entrevista a Vogue España que se publicará en el número de septiembre de la revista. En ella, la tenista hispano-venezolana que, pese a no haber puntuado durante la competición en los Juegos Olímpicos de Río ha logrado alcanzar el podio mundial de la WTA escalando a la tercera posición, admite que lo más difícil de su trabajo es saber gestionar el éxito y el fracaso.
 
Casi dos décadas después de que Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez elevaran el tenis de élite femenino a lo más alto, parecía que se hubiera generado un vacío en este deporte, al menos, hasta que Garbiñe se impusiera el pasado mes de junio en la final de Roland Garros. Con esta competición, la deportista logró su primer Grand Slam ante Serena Williams, sobre la que declara: “En el ámbito competitivo todo lo que hace es para intimidarte. Absolutamente todo. Gasta su energía en eso para que luego resulte más fácil. Cada una tiene sus armas para ganar. La mía no es exactamente esa…”.
 
Garbiñe Muguruza Roland Garros

Hace un par de meses ganó Roland Garros, 18 años después de Arantxa Sánchez Vicario.

 
Garbiñe empezó a practicar tenis a los tres años, siguiendo el ejemplo de sus hermanos mayores: “Toda nuestra familia adora el tenis, nuestra ilusión era que uno de los tres hermanos llegase a lo más alto. Ellos no lo pudieron conseguir, pero que la pequeña de la casa lo haya hecho ahora es una ilusión hecha realidad, la recompensa al esfuerzo de mis padres”. Para llegar hasta ese punto, la joven, que se caracteriza por su estilo decisivo y valiente tanto dentro como fuera de la pista, cruzó el Atlántico a los seis años para formarse en Barcelona y, a los quince, ya había conquistado todos los torneos posibles dentro de su categoría.
 
Sus orígenes la obligaron a decidirse entre jugar con España o con Venezuela, y tras valorarlo durante un largo tiempo, la tenista decidió formarse en Barcelona, aunque ella misma se considera una deportista ‘universal’ que más allá de representar a un país, representa a todos los amantes del tenis.
 
Sobre este deporte, Muguruza, a sus 22 años, considera que la atención mediática, todavía hoy, continúa demasiado centrada en su variante masculina: “Hoy en día, sigue siendo 90-10 para los hombres, es verdad, pero el deporte femenino también es grande y se igualará con el tiempo… Por tradición y cultura todo está enfocado al deporte masculino y hace falta tiempo”, sentencia. Aunque advierte cierto progreso, señala que “en muchos momentos, la gente se fija más en cómo llevas el pantalón corto o qué abdominales tienes (…) Cuando se habla de mujer y deporte se reduce a ver si es bonita o no”.