El acoso escolar no es un tema de niños. Las noticias sobre bullying en las escuelas españolas cada vez son más recurrentes en la prensa de nuestro país. Las denuncias de los casos de acoso se incrementan cada día, sin contar los casos que no son denunciados por las víctimas por miedo. Además de ello, las nuevas tecnologías no son precisamente una ayuda en este caso, el llamado ciberacoso es cada vez más frecuente, donde se permite ataques 24 horas al día, los  siete días a la semana.  

¿Pero por qué está pasando?  Siempre ha existido, pero actualmente los casos de bullying se han disparado un 75%. Según José Miguel Gil, Presidente de ASESCO (Asociación Española de Coaching) : Es necesario intervenir de manera inmediata. La colaboración del centro, del entorno, así como de las administraciones públicas, es básico para poder tomar soluciones. La prevención, educación y  concienciación social es clave para combatirlo”.

LA DETENCIÓN TEMPRANA ¡CLAVE!

¿Sabes que el 57 % de los casos según algunos estudios no son denunciados por miedo de la víctima a las consecuencias? Detectarlo en casa es muy importante y éstos son algunos de los signos para saber si el niño está sufriendo acoso escolar:

  • Tristeza y carácter depresivo
  • Pérdida de apetito
  • Pérdida de ilusión por jugar o practicar sus hobbies
  • Negación de volver a las aulas
  • Señales de golpes sin justificación
  • Nerviosismo y dolor abdominal
  • Modificación del carácter y comportamiento
  • Negación de diálogo con los adultos
  • Despistes continuados, falta de atención

 

CLAVES DEL COACHING CONTRA EL BULLYING

El Coaching ante el acoso escolar puede apoyar por diferentes vías y ayudar a diferentes implicados,  ya que esta situación genera un conflicto muy grave que no sólo afecta al niño acosado, sino también a su entorno:

  1. Lo primero es analizar el caso concreto y  la persona a tratar: acosado, acosador, padres (entorno familiar) y profesores.
  2. Identificar el tipo de acoso: no sólo hablamos de  agresión física, puede ser acoso psicológico: como aislamiento, insultos, intimidaciones o amenazas.  Además, normalmente son agresiones que se repiten en el tiempo, donde un individuo es el que sufre el acoso por uno o varios compañeros.

 

TRABAJO DEL COACH

  • Con los padres: Consiste en facilitar las herramientas necesarias para que aumente la capacidad de comunicación en la familia y eliminar problemas existentes, donde la mayoría de las veces los niños se ven afectados y les influye en su mundo, ambiente y en ello, la escuela.
  • Con los profesores: en el colegio, es clave que los profesores hagan uso de herramientas de coaching para poder apoyar a la familia en la búsqueda de la eliminación del acoso.

 

CON LA VÍCTIMA: donde por miedo o por intimidación, el silencio es su gran arma.

¿Cómo actuar?

  • Diálogo, diálogo y más diálogo: animándole a comunicarse enseñándole que el peor enemigo es el silencio. Se recomienda a los padres hacerles partícipe de las situaciones en casa, para que el niño sea quien se anime a contar sus preocupaciones y miedos en la escuela.  Es muy importante interesarse por su situación escolar y sus relaciones en el aula.
  • Mantener un apoyo de la escuela, comunicando el problema y trabajando juntos para que  familia y escuela estén comunicados y se pueda solucionar el problema.

 

CON EL ACOSADOR: La figura de los padres es básica, para  quienes es complicado reconocer el comportamiento de su hijo.  La actuación por  imitación, es clave muchas veces,  ya que a mayoría de los niños imitan las formas de comportamiento de los adultos y de lo que ven en casa y si sufren una educación demasiado estricta o agresiva es posible que esté más expuesto al acoso escolar.  Otro factor muy importante es la autoestima, ya que en muchas ocasiones, estos acosos son provocados por niños con problemas de autoestima o incluso populares, que actúan así para sentirse bien consigo mismos o para mantener su popularidad.

 ¿Cómo actuar?

  • Dialogo, dialogo y más diálogo: hablar con el niño es premisa indiscutible para solucionarlo. Es posible que el acosador no sea consciente de la importancia de sus actos o no comprenda los signos sociales.  Hay que recordárselo y contarle las consecuencias, incluso jurídicas que este tiene.
  • El ejemplo. Los padres, el entorno, los profesores o tutores, deben ser ejemplo y hacerlo de manera positiva a la hora de la relación con las personas.  Nunca usando la violencia.