En nuestra sociedad actual el ritmo de vida es frenético. Nuestro día a día está lleno de tareas y responsabilidades, trabajo, familia, estudios… y por si fuese poco, nuestra mente nos mantiene más tiempo del que quisiéramos PRE-ocupándonos de esas cosas (y de muchas otras) más que de nosotros mismos. Siempre estamos pendientes de “ese problema que no me puedo quitar de la cabeza”, “esas sensaciones y emociones tan ‘raras’ que llevo experimentando durante unos días”, “ese problema que no me deja dormir”…

Para evitar que estos pensamientos se apoderen de nuestra mente y no nos dejen afrontar nuestras tareas cotidianas de forma normal podemos recurrir al mindfulness, también denominado atención plena o conciencia pura, una práctica cada vez más extendida entre las celebrities y los amantes de la vida sana.

El experto psicólogo y coach deportivo Adrián Quevedo, nos desvela todos los secretos de esta variante de la meditación Budista que nos ayudará a mantener la atención en el momento presente y tomar conciencia de lo que va surgiendo en nuestro cuerpo (en forma de sensaciones y emociones) y en nuestra mente (con nuestros pensamientos e ideas).

 

¿Qué se necesita para practicar mindfulness?       

Es necesario disponer de 5-10 minutos al día (variable según la persona), encontrar un lugar donde te sientas cómodo, tranquilo, relajado y, preferiblemente, estar solo. También se recomienda apostar por ropa cómoda, especialmente enn la parte de la cintura. “Yo personalmente, cuando empecé con su práctica, comencé en mi habitación, pero tras años de práctica, he cambiado mi lugar para meditar a la naturaleza”, explica Adrián y añade: “Me ayuda a conectar más conmigo mismo y es más relajante para mi escuchar el piar de los pájaros, el fluir del agua del río, sentir el aire y el calor del sol en la piel”.

 

¿Cómo practicar mindfulness?

– Adopta una posición cómoda, ya sea sentado en una silla, un cojín de meditación, suelo o tumbado.

– Revisa que no hay ninguna tensión en tu cuerpo y relaja tus músculos. Mueve un poco, sueltate, estira…

– Cierra los ojos y empieza a respirar. Lleva tu atención a la respiración y comienza a darte cuenta de cómo respiras y de cómo esa respiración le sienta a tu cuerpo. Mantente unos minutos dándote cuenta de cómo respiras, cómo se mueve tu pecho y tu abdomen al coger aire, como se mueven al espirar. Deja fluir tu respiración, no la fuerces, ella sabe que ritmo necesita.

– Puedes comenzar prestando atención a tus pensamientos. Lleva tu atención a tu mente y a lo que sucede en ella. Observa lo que vaya surgiendo, muy importante hacerlo de manera ecuánime, es decir, sin juzgarlo, simplemente dejándolo ser.

– Mientras continúas respirando, puedes cambiar la atención al cuerpo, a las sensaciones que vayan apareciendo, desde dolores, pinchazos, contacto con el suelo, una silla, el peso de nuestro cuerpo sentado sobre nuestras piernas… Toma contacto de cómo está tu cuerpo, de tus sensaciones y de tus emociones. Resalto de nuevo la manera de observarse a uno mismo, sin juicio.

– Para terminar haz unas respiraciones profundas y abre lentamente los ojos,  quédate un momento quieto, tomando conciencia de como estan tu cuerpo y tu mente.

– Por último y más importante, disfruta, disfruta de todo aquello que el mindfulness puede aportarte y de la nueva manera de relacionarte contigo mismo que estás creando.

El mindfulness se puede aplicar a cualquier actividad de las numerosas que realizamos al día, caminar, tomar una bebida, fregar los platos, escribir… Si lo prefieres, puedes empezar probando con cualquier actividad cotidiana. Mantente presente en aquello que estés haciendo, centra tu atención en el aquí y ahora y en la tarea. Te puede ayudar también a la vez que realizas la tarea prestar atención a tu respiración.

 

Beneficios del Mindfulness

Entre los beneficios que el mindfulness puede aportarnos a nuestras vidas, que son muchísimos, me gustaría destacar los siguientes:

  • Reduce el estrés y en consecuencia la activación de la amígdala, centro neurológico de las emociones en el cerebro.
  • Reduce la tensión corporal.
  • Conectarnos al presente, Aquí y Ahora.
  • Mejora en las habilidades y recursos para gestionar emocionalmente nuestra vida.
  • Aprender a observarnos nuestras emociones y pensamientos sin juzgarlos.
  • Reducir la reactividad emocional.

 

Adrián Quevedo

Psicólogo y Coach deportivo

Emails de contacto: adriquevedorico@gmail.com

y terapeutas@iluminatusombra.com