La alimentación es una de las grandes inquietudes que tienen muchos padres en el cuidado de sus hijos. Un problema que se puede ver acrecentado en casos de niños que sean “mal comedores”, ya sea porque les cuesta acabarse el plato o sólo quieran comer aquellos alimentos que más les gustan, como destaca un reciente estudio impulsado por Blenuten.

La gama de suplementos nutricionales para niños de Laboratorios Ordesa ha llevado a cabo este estudio entre más de 7.500 familias con niños de 1 a 9 años para averiguar los hábitos alimenticios, en cuanto al consumo de varios grupos de alimentos como los lácteos, el pescado o las frutas y verduras.

Más del 45% de los padres indicaron que sus hijos tomaban menos de 500 ml de leche o alimentos lácteos al día, una ingesta que se sitúa por debajo de las recomendaciones nutricionales para cumplir con los requerimientos de calcio, fósforo y vitamina D. Además, cuanto más mayores son más se reduce el consumo de este grupo de alimentos. Entre los 7 y los 9 años la cifra de niños que no toman suficientes lácteos asciende al 60%.

Y es que una de las principales conclusiones que reflejan los datos obtenidos es que a medida que el niño crece empeoran los hábitos alimenticios. Mientras, el 89% de los niños de corta edad toman dos o más raciones de pescado a la semana, esta cantidad se va reduciendo en niños más mayores. La misma situación se da respecto al consumo de frutas y verduras, casi un 60% de los escolares no toma fruta a diario o consume únicamente una pieza.

Además, estos factores parecen estar relacionados entre sí. Los datos recogidos por Blenuten muestran que aquellos niños que comen poco pescado, suelen ser también los que toman menos frutas o verduras. De esta forma, se aprecia que es esencial promover una buena educación nutricional y unos hábitos alimenticios variados desde los primeros años de vida. A medida que el niño vaya creciendo resultará más complicado que adquieran buenas pautas de alimentación destaca la Dra. Alicia Santamaría Orleans, responsable de Comunicación Científica de Laboratorios Ordesa.


La importancia de un buen desayuno

El desayuno es la primera comida del día y una de las más importantes, por tanto, debemos asegurarnos que aporte los nutrientes necesarios para disponer desde por la mañana de unos óptimos niveles de energía. Lo ideal es que suponga el 25% del aporte energético que necesitamos durante el día y combine diferentes grupos de alimentos como lácteos, hidratos de carbono y fruta.

Según el estudio Blenuten, la mayoría de niños y niñas (61,5%) optan por un desayuno que combina un vaso de leche con alimentos ricos en hidratos de carbono como el pan, los cereales o galletas, pero en pocos casos se recurre a la fruta entera o los zumos.