Hoy, 11 de noviembre, se celebra el Día Mundial del brownie y queremos que descubras todo sobre él. Y es que ¿cómo es posible que un pequeño cuadradito de bizcocho tenga un sabor a chocolate tan, tan intenso? Cuenta la leyenda que el brownie nace de un bizcocho de chocolate al que alguien olvidó echarle levadura. Si bien se barajan otras dos teorías, la de un cocinero que por accidente le añadió chocolate derretido a la masa de unas galletas o la de una ama de casa que al preparar un bizcocho para sus huéspedes, no pudo añadirle levadura porque no tenía. A pesar de lo cual, lo horneó, quedó muy aplanadito y a todos les gustó mucho. Pero, ¿cómo debe ser realmente un brownie? Moncho López, de Levadura Madre Organic Bakery, y David Monzón de Bendita Locura Coffee & Dreams, nos aclaran todas las dudas acerca de este dulce.

“Como en casi todas las elaboraciones, el secreto empieza por elegir unos ingredientes de calidad. Empezando por un buen chocolate con al menos un 70% de cacao puro y sin azúcar, al igual que la mantequilla, que unos pasteleros prefieren con sal y otros sin ella. Nosotros lo preparamos con mantequilla sin sal, pero luego le añadimos un poquito a la mezcla de los ingredientes” – comenta Moncho. En lo que respecta a su elaboración, hay que destacar que el orden es importante: “Primero se derrite el chocolate junto con la mantequilla y se deja templar. Después, se añaden los huevos uno a uno y cuando está todo incorporado, se añade la harina tamizada. Al principio, la mezcla puede moverse con una lengua, pero luego hay que hacerlo con varillas” – continúa Moncho. Y recalca: “El horno debe estar fuerte, mínimo 200-220 grados, siendo preferible que se haga en uno de convección y que durante el horneado se genere costra. El brownie puede subir durante el horneado, pero una vez que se saca del horno baja. No hace falta que repose. Hay que tener en cuenta que el brownie tiene poco horneado y su interior es ligeramente húmedo como le ocurre también a las cookies y los muffins”.

Ingredientes de calidad ¡y mucho mimo!

“Para acompañar, el helado de vainilla es perfecto. Al servirse caliente, combina muy bien con el helado. Lo ideal es que el brownie se sirva ligeramente templado para así obtener un sabor a chocolate aún más intenso. En este tipo de preparaciones hay pocos trucos e innovaciones porque la receta original ya es extraordinaria. No es bueno por la originalidad, sino por la simplicidad. El secreto está en ingredientes de calidad y poner mucho mimo en su preparación y emplatado” – añade David Monzón, de Bendita Locura Coffee & Dreams.