Sabemos que el lumbago es una de las mayores causas de baja laboral en todo el planeta, puesto que las autoridades sanitarias a nivel mundial nos lo vienen recordando año tras año. También desde la OMS y otras instancias nos advierten de que este síntoma, a veces dolorosísimo, el dolor de espalda, prevalecerá en la mayoría de los casos a lo largo de la vida de quienes lo padecen.
 
La Organización Mundial de la Salud y los ministerios de sanidad de cada nación han identificado una serie de trabajos en los que las dolencias de la espalda parecen inevitables: personas que cargan peso, conductores, trabajadores para quienes la jornada laboral discurre de pie y, por supuesto, las víctimas del famoso sitting. Estar sentados más de ocho horas seguidas es un factor de riesgo para nuestra columna vertebral y la musculatura que la recubre.
 
Ni en verano nos libramos de la lumbalgia. En este caso, los “culpables” también están identificados y, aunque parezca mentira, el estrés continúa siendo uno de ellos. Las prisas por llegar al destino, el deseo de que todo salga como deseamos y la tensión de los preparativos puede jugarnos una mala pasada. Qué decir también de los incomodísimos asientos de aviones, de las horas en coche sin estirar las piernas, de las almohadas de los hoteles a las que no estamos acostumbrados y/o del cargar maletas pesadas.
 
¿Qué hacer si la espalda nos juega una mala pasada en plenas ( y a veces cortas) vacaciones? Estos son los consejos a aplicar, rápido, a poder ser, según el quiropráctico Ata Pouramini.
 
Si al notar el dolor lo identificamos con algún golpe o contractura muscular asociado a una mala postura sostenida ( horas conduciendo o tumbados en la hamaca de la playa) , lo mejor será aplicar frío en la zona para bajar la inflamación. En las farmacias se pueden comprar bolsas de gel para enfriar en el congelador. Se deben aplicar sobre la zona unas tres veces al día entre cinco y quince minutos, siempre con cuidado de no quemar la piel. Esta manipulación está indicada en los tres primeros días después de notar el dolor
 
Este tratamiento está contraindicado en casos de artritis reumatoide y en personas que padecen el síndrome Raynaud, que consiste en la contracción de los vasos sanguíneos como resultado de las bajas temperaturas o el estrés.
 
Si no hemos tratado la zona durante los tres primeros días, es mejor aplicar calor. La tradicional manta eléctrica, durante 20 minutos hará la misma función que el parche frío de gel. Si se tiene en casa, es bueno llevarla a los viajes, siempre ayuda en estos casos.
 
Siempre que la lesión no nos haya inmovilizado, tratemos de movernos y no tender a quedarnos en reposo. De lo contario corremos el riesgo, asegura el autor de Tú eres tu Medicina, de quedarnos tumbados todas las vacaciones.  El motivo: la pérdida de masa muscular. Salvo que el dolor sea agudo  la recomendación es  realizar algún tipo de actividad física, suave, como nadar, por ejemplo, o caminar, algo de movimiento para evitar la pérdida de fuerza en esa zona de la musculatura, que dará lugar a más contractura y más dolor.
 
El experto también recomienda estirar, por la mañana y por la noche y, aunque quizá en estos días en los que no tenemos cerca al especialista, tengamos que recurrir a un antiinflamatorio, Pouramini advierte del peligro de cronificar estos tratamientos. No curan las lesiones, advierte, ni van a la solución del problema: la educación postural. Siempre debemos, al menos, preguntar al farmacéutico cuál podemos tomar durante los días que estamos fuera. Nunca debemos automedicarnos.
 
Por supuesto, si vemos que han transcurrido varios días y no mejoramos, lo mejor es acudir al especialista para descartar lesiones de mayor gravedad, que suelen ser las que han comprometido un nervio o los propios discos vertebrales. En su caso, el de la quiropráctica, ésta sirve, mediante el ajuste, para devolver las vértebras a su posición original y, por lo tanto, recuperar el equilibrio de la columna.