Todos sabemos que el aceite de oliva virgen extra (AOVE) es nuestro mejor aliado para aderezar, dar color y aportar matices aromáticos y sabrosos, herbáceos y frutales, a numerosos y distintos platos, tanto tomado en crudo sobre una ensalada o una tostada, como cocinado con verduras, legumbres y cualquier pieza de carne o pescado a la plancha, en cazuela o al horno. Este uso tradicional del AOVE en la gastronomía español ya lo tenemos arraigado en nuestra cultura culinaria, pero ¿sabías que este oro líquido es magnífico y clave en otro tipo de preparaciones? Aquí te dejamos tres usos poco comunes del AOVE en la cocina que te harán ampliar el abanico de posibilidades:

1. Aromatización del AOVE

Puedes elaborar tu propio AOVE aromatizado utilizando, por ejemplo, guindillas, ajos y/o cualquiera de tus hierbas aromáticas favoritas. Deberás armarte de paciencia, pues esta técnica requiere unas 3-4 semanas de reposo del contenido que elijas en el aceite. Por ejemplo, si quieres hacer tu aceite picante, puedes aromatizarlo con guindillas (pimientas cayenas) El proceso será tan sencillo como buscar un recipiente que puedas tapar, introducir unos 40g de guindillas enteras o desmenuzadas y teniendo en cuenta el umbral del picor de cada uno, y lo rellenas con 500ml de AOVE. Déjalo reposar a temperatura ambiente en algún lugar seco y sin luz directa, durante un mes al final del cual puedes filtrarlo con un colador y guardarlo en una aceitera para poder verterlo con más facilidad, obteniendo así tu rico aceite con matices picantes.

2. Conservación de alimentos

El AOVE es conocido por siglos como un conservador fantástico de alimentos, ya que, al sumergirlos en AOVE, los aísla contra la entrada de oxígeno, no permite la vida de bacterias y hongos, y protege de la acción de otros agentes externos. Es la elección perfecta para cuando queremos alargar la vida de ciertos alimentos. Para lograr una conserva debes utilizar AOVE de calidad, porque los que no están bien filtrados se enrancian fácilmente y los que no huelen solo a hierbas y frutas pueden traspasar malos sabores y olores al alimento a conservar; debes utilizar envases que se puedan cerrar herméticamente; y debes mantener la conserva en lugar fresco y seco, fuera de la luz natural y fuentes de calor. El proceso de conservación es sencillo. Tan solo sumerge el alimento en AOVE y no temas introducir verduras, quesos, pescados y/o carnes. Los tomates, las sardinas, el queso curado son grandes ejemplos de alimentos que resultan ser agradecidos cuando son bien conservados.

3. Elaboración de salsas

Los fans de la mayonesa seguro que saben diferenciar los matices que hay entre una mayonesa prefabricada y una mayonesa casera elaborada a base de aceite de girasol, aceite de oliva y AOVE. Si quieres arriesgar todavía más con tus salsas, puedes incluir cualquier AOVE de calidad para darle el toque sutil que desprenda el aceite elegido. También puedes aprovechar el aceite sobrante de las conservas que hayas elaborado y hacer salsas que seguro que no dejarán indiferente a ninguno de tus comensales.

Nos encanta recordar que el AOVE, -a diferencia de lo que piensan muchos amantes de la cocina-, puede emplearse y queda magnífico en elaboraciones clásicas con aceite de oliva o de girasol, de igual forma que resulta ser un elemento diferencial en la preparación de postres y dulces de repostería, así que, ¡lánzate a la piscina y prepara tu próximo bizcocho con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra! y notarás el toque excepcional que le aporta.

Si te has decidido a probar con alguna nueva técnica de aromatización o quieres experimentar con la conservación de alimentos, te recomendamos que incluyas en tu próxima lista de la compra un AOVE excepcional: Palacio de Los Olivos.