Se dice que hoy en día le echamos al estrés la culpa de todo. En el caso de la infertilidad o de dificultades puntuales para lograr el embarazo, es cierto. La fatiga, la tensión, el agotamiento propio del trabajo y los problemas del día a día, son una de las causas de que no se logre el ansiado positivo. Por este motivo, se considera  el verano una época propicia para ponerse manos a la obra, bien de forma natural, bien mediante reproducción asistida. De hecho, la demanda de tratamientos de infertilidad aumenta un 12% durante los meses estivales.
 
Ahora bien, más allá de gozar de más tranquilidad y de más tiempo para practicar el sexo con nuestra pareja, el binomio fecundidad y verano no es suficiente para cumplir el sueño de ser papás. Aunque cada caso, resulta obvio decirlo, presenta sus particularidades, hemos elaborado con ayuda de los expertos de Clínicas Eva unos sencillos consejos que aumentarán las posibilidades de éxito.
 
La relajación, como decimos es fundamental. Si todavía no lleváis  un año intentando conseguir el embarazo, no podemos hablar de infertilidad. Por lo tanto, es posible que los nervios de conseguirlo estén influyendo. La eliminación de la ansiedad repercute positivamente en la fertilidad, puesto que ésta  induce un retraso o incluso una inhibición de la hormona que desencadena la ovulación (LH). Además, produce un aumento de glucocorticoides, de adrenalina y noradrenalina que podrían disminuir la receptividad del útero a los embriones.
 
Así pues, más práctica, más descanso, menos conexión digital y sí a todo lo que suponga relax: mar, meditación, lectura, amigos, etc…
 
Tanto si estás tratando de conseguirlo por métodos naturales como con ayuda médica, la alimentación no es la clave, pero ayuda al bienestar general y mantenerte en un peso equilibrado es un indicador positivo. Desde Eva nos recuerdan que la obesidad está ya considerada como uno de los factores que puede dificultar la concepción, así como poner en riesgo la salud de la madre y el bebé. En el otro extremo, la peligrosa pregorexia (anorexia de la embarazada) es un factor de altísimo riesgo para ambos.
 
Además de este importante mantenimiento de un peso equilibrado, los ginecólogos de estas clínicas de fertilidad recomiendan frutas y verduras, ricas en antioxidantes, entre los que destacan el resveratrol y la vitamina C. Necesarios también, los productos que contengan las vitaminas D y E, presentes, por ejemplo, en frutos secos y pescado azul. Siempre, nos advierten, sin abusar de este último, debido a la elevada concentración de mercurio que poseen algunos pescados.
Fundamental, el ácido fólico, que si no se ingiere a través de los alimentos (espinacas, nueces y otros) deberá obtenerse mediante suplementos.
 
En cuanto a ellos, los antioxidantes y vitaminas también mejoran la calidad seminal. El aumento de la ingesta de Zinc, Selenio, acidos grasos poliinsaturados como los omega 3, favorece tanto la fertilidad masculina como femenina.
 
Valga también para ambos la recomendación de practicar deporte de forma moderada, puesto que diversos estudios relacionan el deporte extremo, practicado con frecuencia y el deporte de élite con mayor índice de infertilidad. Este consejo debe ser seguido sobre todo por aquellas mujeres que se estén sometiendo a un tratamiento de reproducción asistida.
 
La práctica deportiva también debe tenerse en cuenta cuando la mujer se está sometiendo a un tratamiento de fertilidad, puesto que más de 4 horas a la semana de ejercicio físico intenso se asocia a menores probabilidades de implantación.
 
Cada tratamiento, no obstante, requiere sus matices.  Durante las fases iniciales de una fecundación in vitro no hay ningún problema en practicar deporte, pero cuando los folículos empiezan a ser grandes se recomienda evitar deportes intensos y de impacto. Esto podría favorecer dolores y molestias abdominales y aunque de forma poco frecuente la rotura prematura de los mismos.
 
Por otra parte, el ejercicio extenuante podría disminuir el flujo sanguíneo en el punto donde se implanta el embrión y en etapas iniciales de la gestación.
 
En el caso de los varones, el ejercicio aeróbico suave mejora la calidad seminal y disminuye el estrés oxidativo de los espermatozoides. Es recomendable especialmente en los 3 meses previos a la Fecundación In Vitro  porque esto es lo que tardan en formarse los espermatozoides, según aconsejan desde EVA.
 
En las inseminaciones artificiales puede ser especialmente beneficioso que se realice ejercicio suave en los meses previos para mejorar la calidad de los espermatozoides y la ovulación.
 
Por último, desde esta red de clínicas de reproducción asistida recomiendan a todas las mujeres en edad reproductiva, que se realicen un estudio básico de fertilidad para conocer el estado de sus óvulos.